El acuerdo de los 27 países de la UE sobre el embargo del petróleo ruso al final solo fue posible con una excepción a Hungría. La importación de combustible será posible a través de oleoductos antiguos (por tierra) pero no por mar. La posición de Hungría era conocida desde hace mucho tiempo: con una dependencia energética de Rusia del 85% en gas y del 65% en petróleo, un embargo total debía considerarse como problemático (incluso con una prórroga de dos años, a finales de 2024 contra diciembre de 2022). Budapest también busca discutir con Europa sobre los fondos bloqueados de Next Generation Eu.
Mientras tanto, es oficial la parada del “turismo del combustible”. Desde hace unos días solo quien tiene matrícula húngara puede comprar gasolina y diésel a 480 florines (1,22 euros). El jefe de gabinete del Primer Ministro, Gergely Gulyas, señaló que “el turismo de la gasolina que se ha desarrollado es una amenaza para la seguridad del suministro”.