El mismo día en que la Confindustria italiana lanza advertencias sobre los “invidualismos que minan la solidaridad europea”, Francia y Alemania han firmado un acuerdo de “apoyo mutuo” sobre las cuestiones energéticas. Un superpacto que debería garantizar los suministros incluso en momentos de extrema dificultad.
Es evidente la dificultad de la Unión Europea de poner todos de acuerdo, sobre todo en el precio del gas ruso, el price cup al que todos (Alemania excluida) aspiran pero una decisión común nunca llega a la meta. El canciller alemán, Olaf Scholz, y la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, mientras tanto han avanzado en los trabajos.
“Francia y Alemania se necesitan mutuamente para superar las tensiones energéticas. Es el sentido del acuerdo de solidaridad que acabamos de celebrar para realizar intercambios de gas y electricidad entre nuestros dos países y actuar juntos en el marco de la Unión Europea” tuiteó Borne el día en que los alemanes tuvieron una buena noticia: el PIB en el tercer trimestre del año creció un 0,4%, incluso más allá de las estimaciones iniciales. El crecimiento anual es del 1,3%.
