La guerra, como confirmó ayer a las diez de la noche la agencia de noticias del Estado, Tass, dando la noticia, llegó también a Moscú. El coche de la comentarista política Daria Dugina explotó en Bolshiye Vyazemy, a las afueras de la capital. Murió en el atentado la hija del amigo de Putin y reconocido inspirador de las políticas del Kremlin, Alexander Dugin. Tenía que estar en ese coche, el verdadero objetivo de quien puso la bomba a bordo.
El filósofo, conocido como “el Rasputín del Presidente”, en referencia al místico que “sedujo” con su poder a la corte imperial rusa hace un siglo, es el verdadero inspirador de la invasión de Ucrania, necesaria a su juicio “para salvar la autoridad moral de la nación”. Su apoyo intelectual a la idea de la Novorossiya, la Nueva Rusia que debería ser heredera del Imperio soviético disuelto, es parte de la teoría del euroasianismo, en la que sostiene que Rusia no es ni Oriente ni Occidente sino una civilización única y específica, que debe combatir la dominación de Estados Unidos en el mundo.
Muy escuchado incluso entre las derechas europeas, Dugin era claramente el objetivo número uno de quienes se oponen a Putin. Con solo 30 años, Daria Dugina ya era conocida por su apoyo a la guerra en curso, tanto que estaba en el “libro negro” de Estados Unidos y Gran Bretaña.