En el fondo, Peppino y Felicia, son solo cien pasos. Los que van desde lo que hoy se llama Casa Memoria, la vuestra de entonces, hasta la puerta de la casa del jefe de mafia Gaetano Badalamenti. Cien pasos que debemos dar cada minuto para conquistarnos cada día nuestra libertad. Cien pasos que fueron fatales para el colega Peppino Impastato, asesinado el 9 de mayo de 1978, el mismo día del politico Aldo Moro, por orden del mafioso que vivía al lado de Cinisi.
Hace 45 años que se ha ido (la fecha de registro dirá que murió en 2004) también Felicia, la madre valiente que continuó la lucha de su hijo contra los abusos y los abusos de los matones. Desde aquel mayo de tantos años hace poco ha cambiado. Queda la memoria histórica, más viva que nunca, de un hombre más valiente que otros, capaz con sus programas en Radio Aut de denuncias que otros no han querido hacer, y la esperanza en los jóvenes, que nunca ahora se interesan por Peppino y su heroísmo, Porque sí hay una época de cansancio (moral e intelectual de nuestro país), pero también un tiempo para secar las lágrimas y luchar por el bien común de la libertad.
En Cinisi ha estado el juez Maurizio De Lucia, el magistrado a la cabeza del equipo que arrestó a Matteo Messina Denaro. El jefe de Castelvetrano, después de una interminable huida, está finalmente entre rejas: será un aniversario “especial” este. Junto a De Luca, Umberto Santino, presidente del Centro Impastato. “La mafia es una montaña de mierda”, Peppino. También “Zu Tano”, Gaetano Badalamenti condenado a cadena perpetua, está muerto.
