Si Lloris, el guardameta francés que lo arregló todo, no hubiera hecho milagros, estaríamos hablando de otro partido. España es un equipo maduro, con grandes perspectivas, con talentos jóvenes como Gavi que han encantado a los aficionados al fútbol. Pero como un partido entre dos equipos al mismo nivel se juega al hilo, esta vez en la Nations League se la lleva a casa Francia: a la ventaja de La Roja en el 64 con Oyarzabal respondió dos minutos después de Benzema y Mbappè marcó el gol decisivo en el 80. Fuera de juego, es bueno decirlo para evitar malentendidos.
Puede repetir una y otra vez el árbitro que Eric García tocó ligeramente el balón y luego volvió a poner a Mbappé en juego, según el colegiado, pero ha quedado claro para todos que la desviación del defensor español es irrelevante. Fuera de juego y punto. Después del gol inmediatamente el equipo de Luis Enrique tiene dos ocasiones claras, a un minuto del final: la más límpida con Oyarzabal, un gran tiro al vuelo de izquierda que la puerta francesa neautraliza. Una España que deja bien esperanzas para el futuro, del mismo modo que Italia, que la Roja había derrotado en semifinales, que jugó y disfrutó ganando contra Bélgica. En Milán y Turín, en estas finales de la Nations League, se han visto probablemente las formaciones que dominarán el fútbol europeo en los próximos años.