El futuro de la Iglesia y nuestro futuro como seres humanos. El Papa Francisco, invitado en televisión italiana del programa “Che tempo che fa” desde su casa de Santa Marta, nos ha hablado de los males de nuestro tiempo. Para la Iglesia es “la mundanidad espiritual… que hace crecer el clericalismo, una cosa fea, una perversión de la Iglesia, que lleva a posiciones ideológicamente rígidas. Así la ideología toma el lugar del Evangelio”.
Y en lo que a todos nos concierne, la acusación es clara: “Lo que se hace con los migrantes es criminal, en Libia hay campos de concentración. El migrante debe ser acogido, acompañado, promovido e integrado. También debe ser integrado, es muy importante. Se necesita una política migratoria continental. El hecho de que el Mediterráneo sea ahora el cementerio de Europa nos debe hacer pensar. Cada país indique cuotas, es necesario equilibrio”. Criminal es la falta de respeto por el medio ambiente: “Debemos hacernos cargo de la Madre Tierra… Tirar el plástico al mar es criminal, mata la tierra, debemos proteger la biodiversidad, debemos cuidar de la creación”.
“Ante los sufrimientos a menudo vemos y pasamos, olvidamos. Ver no basta, hay que sentir, tocar. Cuando alguien llega a confesarse, a menudo pregunto: cuando le das limosna, ¿tocas la mano de la persona a la que se la das? Míralo a los ojos”. Y la razón de todo, según el Papa, es “la guerra, un contrasentido a la creación, por eso la guerra es siempre destrucción”.
Entre los mayores problemas de la época que estamos viviendo está también el de los jóvenes: “Ha aumentado el número de suicidios juveniles. Hay una agresión que estalla, basta pensar en el acoso escolar, es una agresión oculta, es un problema social. La agresividad debe ser educada, de por sí no es negativa, puede ser positiva pero puede ser destructiva y comienza con la lengua, el parloteo: en las familias y en los barrios destruye la identidad. Si tienes algo en contra del otro, o lo guardas, o mejor dicho, lo dices en la cara y eres valiente”.
La familia es la solución, pero “la sociedad cruel aleja a los padres de sus hijos”. Y en el día de la desaparición de Rayan, el niño marroquí caído en un pozo, acontecimiento que conmovió al mundo, el Papa se preguntó: ¿Por qué sufren los niños? No tengo respuestas a esto. No hay respuesta… Sólo encuentro la respuesta sufrir con ellos. En esto tiene razón Dostoevskij”.
