Bastan los goles con los que se ha estrellado un excelente Rayo Vallecano para confeccionar el folleto de presentación a toda Europa: éste es el Betis. Agonismo, compromiso, voluntad, sentido de pertenencia y sobre todo talento. De medio campo para arriba es imparable y puede hacer daño en cualquier momento, sobre todo gracias a un fluoriclasse como William Carvalho que siempre está en el lugar correcto en el momento adecuado.
El Rayo se adelantó frente a un público endemoniado para atropellar al Betis. No fue suficiente. La determinación y la técnica de Borja Iglesias han empatado las cuentas y un solo magistral de Carvalho (Catena recordará toda la vida de cómo lo sentó) han dado la victoria a un equipo que ha demostrado, una vez más, firmeza. Todos creen en el proyecto. Han jugado cara a cara, como les gusta al público y a los aficionados al fútbol. ¿Quién dijo que el Rayo era más fácil que Valencia y Atlético Bilbao? No por casualidad es uno de los primeros y sólo los vascos, pero con mucha suerte, ganaron en Vallecas.
El éxito de ayer es muy merecido y a pesar de la ausencia del “faro” Canales, que no es un jugador secundario. Próxima cita el 3 de marzo en el Villamarin. Gestionar ahora las energías es fundamental (se jugará por un mes cada tres días), pero esto lo pensará Pellegrini, quién mejor que él. El Betis es el único equipo que queda en la carrera para tres competiciones: basta esto para enorgullecer una ciudad entera.