La ola naranja que se preparaba para celebrar en Budapest el acceso a los cuartos después de lo que parecía ser sólo una formalidad (el partido con una coriácea pero nada más República Checa) tendrá que olvidar por lo menos durante tres años sus ambiciones. Holanda – como siempre, viene a decir visto que el equipo orange juega bien al fútbol pero nunca gana – ha sido eliminada y con razón: la falta de expulsión de De Ligt al inicio de la reanudación ha sido el punto de inflexión, pero nunca los muchachos de De Boer han impresionado a pesar de los numerosos talentos desplegados en el campo. Y ahora un cuarto entre Dinamarca (que había perdido las dos primeras, pero que en las octavas ha liquidado un evanescente Gales con un sonoro 4-0) y la República Checa demuestra que no siempre las favoritas llegan hasta el final.
El Europeo de las sorpresas, además de calificar con gran dificultad a una Italia sometida por una sorprendente Austria, deja fuera del trono también a Portugal que, precisamente en Sevilla, a pesar de numerosas ocasiones y un ataque estelar (los últimos veinte minutos ha jugado con cuatro delanteros), pierde contra una Bélgica práctica y poco llamativa, que se encontrará en los cuartos con los Azzurri. Merecía más el equipo de Cristiano Ronaldo, pero como de costumbre crea mucho y marca poco. Lástima por los 6000 hinchas que han llegado hasta aquí a Andalucía.
En cambio, Alemania ha sido eliminada de una Inglaterra que lo ha creído hasta el último momento. Con los goles de Kane y Sterling en la segunda mitad, pasa a los cuartos el equipo de Southgate que lo creyó más y hace de las ambiciones de éxito un poderoso motor de entusiasmo para el próximo partido. Para el entrenador Low es el último partido en el banquillo aleman.
Increíble partido en Bucarest donde una indomable Suiza recuperó dos goles en el extremo a Francia en los tiempos reglamentarios y luego a los rigores ganó su cuarto de final contra España. De Mbappè el rigor decisivo equivocado por los franceses. Un emocionante partido que reveló una formación, Suiza, capaz de un gran juego organizado, que no deja espacio al oponente. Francia, gran favorecida por la victoria final de Eurocopa, vuelve a casa.