Se ha hecho viral en las redes sociales la llamada misteriosa del Papa durante la Audiencia general. Poco después de recordar el sacrificio del padre Olivier Maire, asesinado por un fanático en Francia (“Con mucho dolor, he sabido del asesinato del Padre. Dirijo mis condolencias a la comunidad religiosa de los Monfortani en Saintlaurent-sur-Sèvre, en Vendée, a su familia y a todos los católicos franceses. Os aseguro mi participación y mi cercanía espiritual”) un colaborador le pasó el móvil: escena insólita para un Pontífice en el ejercicio de sus funciones pastorales.
Quién era? Algunos han bromeado, en las redes sociales, otros han querido destacar el caso Becciu, el ex substituto de la Secretaría de Estado bajo investigación sobre la compra de un inmueble en Londres con fondos vaticanos, que mucha preocupación da al Papa. Pero lo que les ha venido a la mente a los italianos, en este curioso momento, ha sido hacer un paralelismo con una cumbre OTAN en Baden Baden 2009, en la que el entonces Presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, en lugar de dirigirse a la canciller alemana Angela Merkel y estrecharle la mano, se ha apartado a la orilla del río para telefonear.
Un gesto que permaneció en la Historia precisamente porque era inusual y que enojó mucho a Merkel, también porque Berlusconi no participó ni siquiera en el minuto de silencio para recordar a los caídos OTAN. El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, estaba al teléfono. Ayer no sabemos quién llamó al Papa, tan importante como para suspender un momento la Audiencia general.
