Primero 5G, luego Huawei. Ahora el gobierno de los Estados Unidos ha puesto a TikTok, la aplicación más utilizada por los jóvenes, a mil millones de usuarios en todo el mundo. Peligro para la seguridad nacional, esta es la acusación. Están tan convencidos de ello en Washington que han llamado al Congreso a un caballero asombrado, Shou Zi Chew, quien representa la aplicación china en los Estados Unidos.
Preguntas claras pero sin pruebas y sobre todo respuestas que dejan a todos en la incertidumbre. TikTok usaría su popularidad en Occidente para obtener datos y producir desinformación. Una especie de caballo de Troya tecnológico que la administración estadounidense quiere prohibir, a menos que ByteDance, la empresa propietaria de la red social, pase la mano a otros.
En Londres también se preocupan, por supuesto, tanto que el gobierno del Reino Unido ha prohibido el uso de la aplicación a los funcionarios públicos. Las mismas medidas o similares en Francia, Canadá, Bélgica y las advertencias de la Comisión y el Parlamento Europeo son continuas. “Es una persecución” comentó el gobierno chino. Pero la lucha sobre las tecnologías corre el riesgo de convertirse en la próxima guerra mundial.
