Familias enteras que solicitan el pasaporte italiano. Trescientos mil originarios que quizás nunca han puesto un pie en Italia, pero tienen un tatarabuelo nacido aquí. La situación en el Véneto es insostenible.
“En los dos años desde que se transfirió la competencia a nosotros, han sido más de 23 mil y 18 mil son las prácticas pendientes aún por tratar – explicó el Presidente del Tribunal, Salvatore Laganà – Si el Véneto tiene cifras tan altas en proporción al resto del país es porque fue la primera región para la emigración en el siglo XIX. Es un hecho histórico. Algunos podrían pensar en el Sur, pero es desde aquí que muchos ciudadanos se fueron a las Américas”.
El problema de la ciudadanía y del iure sanguinis es aún más complejo de lo que se cree. No lo tienen los 92.000 niños nacidos aquí de padres extranjeros. Pero la demanda del extranjero es enorme.
En una entrevista al Corriere, el alcalde de Val di Zoldo, ciudad líder en la emigración del siglo pasado, sintetiza: “Mientras hablamos de migrantes y empresas que piden mano de obra pero no encuentran respuestas, los aparatos del Estado son obstruidos por ciudadanos que en lugar de dar respuestas crean problemas, además sin ningún control sobre la persona que solicita el reconocimiento. Preocupémonos más bien de quienes vienen a Italia para quedarse aquí y solo después del resto, si queda tiempo y sobre todo dinero. Las solicitudes de hoy son una herramienta para obtener beneficios del pasaporte. No estamos en contra si viven aquí, pero nunca sucede”.
