Puede que esté “loco” como lo llama el ex presidente, pero el juez que acusó a Donald Trump quiere llegar al fondo del asunto del Asalto al Congreso por parte de sus seguidores el 6 de enero de 2021. ¿Fue o no fue un intento de golpe de Estado lo que sucedió justo después del anuncio de la victoria de Joe Biden?
“A pesar de la derrota, el acusado estaba decidido a permanecer en el poder, y en los dos meses siguientes a las elecciones continuó difundiendo mentiras sobre presuntos fraudes electorales”, escribe el juez en la acusación. Es el tercer dinero legal para el tycoon después de la acusación de los pagos (a cambio de silencio) a la estrella porno Stormy Daniels y el descubrimiento de las cartas secretas en la mansión de Trump en Mar-a-Lago.
“Es un país en declive” sostiene polémico el ex presidente, que se ha vuelto a presentar para el próximo año, pero mientras tanto las disputas legales corren el riesgo no solo de hundirlo a él, sino también a Estados Unidos: demasiados frentes abiertos, internos y a nivel internacional, demasiadas divisiones.
Estados Unidos se divide en dos. Hay medio país que cree en la “conspiración” de Trump, esta es la acusación oficial, y la otra mitad que también niega hechos evidentes, como las presiones, justo después del voto que certificaba la elección de Biden como presidente, del tycoon de su ayudante Mike Pence para que no certificara las elecciones. Se espera que Trump comparezca mañana ante el tribunal de Washington. La democracia americana debe, una vez más, soportar el choque de acontecimientos tan perjudiciales para ella.
Y en el frente económico llegan noticias que complican aún más el panorama. Fitch redujo la calificación de Estados Unidos a “AA+” de “AAA”, lo que provocó las protestas de la Secretaria del Tesoro, Janey Yellen: “Estoy muy en desacuerdo… Es una decisión arbitraria basada en datos obsoletos. Las acciones del Tesoro estadounidense siguen siendo el principal activo seguro y líquido del mundo, y la economía estadounidense es fundamentalmente fuerte”.
