El elegante Palmera, que estaba más protegido hace un siglo que en nuestros días y sobre cuya conservación se ha formado un amplio consenso transversal, estará más protegido gracias a una modificación del Plan General de Ordenación Urbanística que planteó el Gobierno municipal. La vía quizás más representativa y otras partes de la ciudad no merecen la proliferación de edificios que no se ajustan a su decoración urbana (hasta ahora se podía multiplicar por ocho la edificabilidad si se construyen edificios no residenciales) y así se decidió poner fin también a las nuevas licencias a la espera de una decisión oficial.
Nuestro periódico ha querido participar en la campaña para la protección de la Palmera (ver https://www.22periodico.es/la-verguenza-urbanistica-de-palmera-quien-quiere-destruir-uno-de-los-simbolos-de-sevilla/) y la modificación del PGOU parece ahora una necesidad para no ver proliferar clínicas privadas o residencias universitarias de dudoso gusto arquitectónico. Las zonas de baja intensidad edificatoria, hasta ahora terreno fértil del plan para las especulaciones urbanísticas, no pueden y no deben ser “desmembradas” en nombre del dios dinero.