El Betis se ha hecho grande y los adversarios se dan cuenta domingo después de domingo. Sostiene el balón, lo maneja bien y esconde al adversario, sabe esperar, golpea en el momento oportuno. No es una casualidad que en los dos últimos partidos el gol haya llegado al último (Borja Iglesias contra el Getafe, Juanmi ayer contra el Cádiz) porque esta es la señal de que la concentración está al máximo. “Lo ganamos atrás para mantener esa concentración. Fue clave la concentración atrás” comentó Pellegrini, a quien ya debería hacerse un monumento por haber creado un grupo muy sólido. “El equipo fue maduro buscando creatividad con concentración defensiva ante un equipo al que cuesta muchísimo encontrarle espacios”.
Es la tercera victoria consecutiva, el Betis finalmente puede respirar el aire del altísimo ranking. Ahora es el momento de mostrar otra madurez, la que regula el entusiasmo y lo mantiene en su lugar. El próximo lunes el Alaves en casa y luego el esperado derby con Sevilla sancionarán si el sueño se ha hecho realidad.
Pero basta ver las imágenes de ayer, la paciencia contra un adversario que sólo va a contragolpe y prefiere no jugar, la calidad de los jugadores, la fuerza de las reservas que entran en el campo y siempre deciden – como ayer, cuando Emerson cruzó, Juanmi, en el campo desde hace 20 minutos por Diego Lainez, se encontró listo -, todos hechos concretos que sirven para dar confianza al equipo. Es increíble el cambio de mentalidad que se ha hecho en menos de un año. “El secreto está en seguir trabajando y no bajar los brazos. El equipo ha tenido claro que había que estar unido. Ese es el camino que hemos tomado”, palabras de Juanmi. El camino está marcado.