Tiene razón El Ingeniero, fue culpa de no haber cerrado el partido cuando el Betis jugó mejor y no haber sido capaces de capitalizar la primera parte, teniendo también que recuperar un gol llegado después de cien segundos (obra de Joao Felix, que parece haberse despertado de golpe, justo anoche, de su letargo deportivo). Cuando tienes la partida en la mano y no la concretizas, está claro que en el segundo tiempo, jugando cada tres días, arriesgas los rápidos contragolpes del Atlético. “Hicimos un extraordinario primer tiempo en ocasiones y en posesión” destacó Pellegrini, que inmediatamente añadió que no hay que preocuparse porque “hemos jugado con la plantilla quizás más fuerte de España” y hay once partidos delante. Treinta y tres puntos que pueden cambiar todos los escenarios.
La Champions es un objetivo probable más que posible, sigue siendo así a pesar de una señal de stop (que podría haber sido un empate justo), aunque las cuatro de delante en la clasificación tienen los nombres altisonantes de siempre. La noche de ayer es lo que se paga el Betis por estar presente en tres competiciones, único equipo en España y ya al nivel de las más grandes en Europa. Ahora tenemos inmediatamente el rocoso Eintracht Frankfurt (miércoles a las 18:45), otro enfrentamiento fenomenal. El Betis ya ha demostrado que no tiene miedo de nadie.