Venecia pertenece a todo el mundo, pero no todos pueden entrar al mismo tiempo. Especialmente los maleducados (aquellos que viven desnudos al lado de los canales o aquellos que se tiran de los puentes en los días más calurosos, por ejemplo). ¿Como manejar la integridad de la ciudad? ¿Con un turismo sólo de calidad? La administración veneciana está pensando en ello y ha decidido poner – que se llama contribuciones de acceso o entrada a través de los torneos electrónicos – el número cerrado, una manera de preservar la ciudad.
Cruces en los puntos de acceso y prenotaciones de visita, de pago se entiende excluido residentes y pasajeros: Venecia será en las intenciones una ciudad blindada para entrar, con parada en la estación ferroviaria, en Piazzale Roma y en otros lugares de la ciudad.
La programación del turismo no parece poner de acuerdo a todos, es un problema que se lleva a cabo desde hace años sin soluciones particulares. El dinero estaría allí, pero, como sostiene la oposición política “decidieron destinar estos fondos para otras funciones, como por ejemplo los millones de euros desviados sobre el Salón náutico”. En definitiva, hay que inventar una estrategia, que la administración cuenta haber encontrado en estas limitaciones que podrían estar activas a muy corto plazo.